Una investigación de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) comprobó que pueden eliminarse caries sin intervención del torno y a partir de una enzima que se extrae de la papaya. Se trata de un avance importante ya que, según los especialistas, el temor a enfrentar el dolor es una de las cuestiones que más aleja a las personas de los tratamientos.
El hallazgo surgió luego de varios años en los que la institución educativa se abocó a la búsqueda de terapias químicas alternativas que permitan la remoción de caries. La investigación del nuevo agente removedor de tejidos se encuentra en pleno desarrollo y se espera que a finales del año próximo ya se esté usando en pacientes.
Los tratamientos odontológicos tradicionales están basados en la sustracción de tejidos cariados y en una posterior restauración de la lesión. “El profesional utiliza un instrumento que funciona a alta velocidad, comúnmente llamado torno, el cual permite remover cierta cantidad de tejido que está afectado por ese proceso de caries”, dijo Aldo Squassi, vicedecano de la Facultad de Odontología. “A medida que la caries se ubica más en profundidad, hay que utilizar más a fondo dicho instrumental”, indicó.
Los especialistas señalan que esas intervenciones tienen varias desventajas. Además de comprometer los tejidos y del dolor que algunos causan, los tratamientos actuales suelen implicar costos importantes.
Tratamiento
“Desde la cátedra de odontología preventiva y comunitaria nos propusimos desarrollar una tecnología eficaz y eficiente basada en el tratamiento químico de la caries dental avanzada, con potencial transferencia a la práctica profesional”, dijo explica Fiorella Ventura, odontóloga y jefa de trabajos prácticos de esa asignatura. “Buscábamos que tenga impacto sobre la satisfacción del paciente y una simplificación de los procedimientos. Constituye una estrategia indispensable para mejorar el acceso a la salud y a la vez reducir costos asociados al desarrollo de la enfermedad”. Su potencial uso en sectores vulnerables es importante para el grupo de trabajo.
Según explica Ventura, la investigación se centró en la enzima papaína –que se extrae de la papaya– y que tiene propiedades que degradan estructuras que están dentro de la lesión de la caries. “Desarrollamos un sistema que genera una aglomeración, es decir, un conjunto de ‘pelotitas’ de papaína. Se lleva a cabo mediante radiación y otros procesos químicos y físicos”, añadió.
La iniciativa empezó en 2014. Desde 2021 forma parte del proyecto de tesis doctoral de Ventura. Actualmente, el tratamiento está en fase experimental, probándose en dientes extraídos. Luego de comprobar su correcto desarrollo y funcionamiento se evaluará en cavidades bucales.
Según los especialistas, uno de los principales beneficios del método es que evita que las caries lleguen al nervio y a las estructuras internas de la pieza dentaria. Alejaría además a los pacientes de los dolores que suelen tener en las intervenciones odontológicas.
Hubo intentos para reemplazar al torno a nivel internacional. Instrumental manual, abrasión y pulido por aire, instrumentación ultrasónica, abrasión sónica y láser han sido algunos de ellos. “La incursión en agentes químicos se ha probado en Brasil y en países europeos, aunque con efectos adversos o sin alcanzar los estándares deseados. Buscamos contrarrestar esos efectos con nuestra preparación”, dijo Ventura.
Aunque el tratamiento no reemplazaría a los tratamientos de conducto, el uso de la enzima evitaría que los tejidos cariados lleguen hasta los nervios.
LA NACION.-