El Día Internacional Contra el Acoso Escolar o el Bullying se conmemora cada 2 de mayo con el fin de concientizar sobre los riesgos que conlleva este mecanismo, el cual afecta a uno de cada tres niños. La jornada incentiva a padres, docentes y adultos responsables a tomar una serie de conductas que ayuden a prevenir y detectar de manera temprana estas situaciones, para evitar su complejidad y daños físicos, emocionales y mentales en sus víctimas.
La efeméride fue proclamada en 2013 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con el apoyo de diferentes asociaciones no gubernamentales que trabajan por la lucha contra el bullying. Actualmente es posible reconocer las campañas afines a esta causa con lazos de color púrpura.
¿Qué es el acoso escolar?
Se trata de un comportamiento que ejerce un hostigamiento reiterativo entre dos o más personas hacia un tercero, que es la víctima. Esta dinámica puede comenzar dentro del salón de clases y continuar en otras instancias de interacción social. Suelen incluir maltratos verbales, abusos físicos o psicológicos, que se mantienen a lo largo del tiempo. El damnificado sufre de amenazas, manipulación e intimidación constante por parte de sus agresores, lo que en muchas ocasiones provoca que tengan miedo en comunicar lo que ocurre a los adultos responsables.
Según explica Unicef, los niños que se encuentran en una situación de vulnerabilidad, pertenecen a comunidades marginadas, diferente identidad de género, religión o discapacidades poseen un riesgo mayor a sufrir acoso escolar. Este organismo afirma que uno de cada tres niños en el mundo es víctima de bullying en algún momento de sus vidas.
Esta conducta suele extenderse también al ámbito virtual, a través del uso de redes sociales. Esto se denomina como ciberacoso o ciberbullying, que se caracteriza por la capacidad de reproducir mensajes e información no verificada a través del anonimato.
Cómo reconocer a una víctima de acoso escolar
Esta problemática conlleva una serie de consecuencias que afectan a la calidad de vida de los niños, en uno de los momentos más esenciales para la formación de sus lazos sociales, autoestima e identidad. En muchos casos las víctimas sufren efectos físicos, problemas emocionales y de salud mental. Algunos llegan a padecer depresión o ansiedad, seguido de intentos de suicidio. Es por ello que resulta esencial identificar las posibles señales de cuando una persona está siendo víctima de bullying:
Lesiones físicas. Baja autoestima, timidez repentina, inseguridad y poca voluntad por interactuar con el entorno. Aislamiento en dinámicas sociales o en el salón de clases. Deseo de no asistir al colegio. Bajo rendimiento académico o desinterés por la escuela. Buscar la compañía de adultos en situaciones donde haya otros niños presentes. Cambios de humor. Alteraciones en la alimentación. Ansiedad.
Es importante formar parte de las experiencias del niño a temprana edad. Muchos de los hostigamientos se dan de manera virtual, por lo que se recomienda conocer las plataformas en las que se involucra y tener acceso a las dinámicas que se dan mediante estas redes.
Cómo actuar ante el acoso escolar
Fomentar la comunicación en el plano familiar y escolar. Reafirma su autoestima, fortalece la confianza en sí mismos para que comprendan los límites necesarios en las dinámicas sociales. Dar a conocer al niño que lo ocurrido no es su responsabilidad y que es lo correcto comunicarlo a los adultos. Reunirse con las autoridades correspondientes. Acercar asistencia psicológica.
UNICEF ofrece una Guía para prevenir el acoso escolar, la cual promueve un accionar temprano y participación por parte de los adultos para evitar que niños de cualquier edad puedan padecer esta situación.
EL ONCE.-