A pesar de que todavía no hay datos oficiales, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se proclamó este domingo a la noche como ganador de las elecciones que se desarrollaron en su país.
A través de su cuenta de X (ex Twitter), Bukele aseguró que se impuso en los comicios con «más del 85 por ciento» de los votos, por más que el Tribunal Supremo Electoral no ha difundido hasta el momento los resultados definitivos.
De acuerdo a nuestros números, hemos ganado la elección presidencial con más del 85% de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea.
El mandatario, de 42 años, habría logrado extender su mandato hasta 2029 gracias al rotundo éxito de su «guerra» contra las pandillas que, en apenas cinco años, llevó al país centroamericano de ser el más peligroso del mundo a uno de los más seguros de América.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) aún no había anunciado los resultados oficiales.
«De acuerdo a nuestros números, hemos ganado la elección presidencial con más del 85% de los votos», escribió Bukele en su cuenta de X. «El récord en toda la historia democrática del mundo», agregó.
Los 6,2 millones de salvadoreños habilitados para votar también eligieron a los diputados del Congreso unicameral para el período 2024-2027. Bukele dijo que su partido Nuevas Ideas habría obtenido al menos 58 de 60 diputados, lo que consolidaría su poder.
A pesar de tener el apoyo de ocho de cada 10 salvadoreños en edad de votar, el plan de seguridad de Bukele ha levantado señalamientos de supuestas violaciones a los derechos humanos y su participación en los comicios fue cuestionada por la oposición y parte de la comunidad internacional, porque la Constitución prohíbe la reelección inmediata.
De convertirse en el primer mandatario salvadoreño en ser reelecto en casi 100 años, Bukele ha prometido que el régimen de excepción seguirá hasta que capturen al último pandillero y su vicepresidente dijo a Reuters esta semana que mantendrá al bitcoin como moneda de curso legal, a pesar de la poca aceptación y que el bukelismo es un proyecto de décadas.
«Si nosotros hemos ya superado nuestro cáncer con metástasis, que eran las pandillas, ahora sólo queda recuperarnos (…). Lo que viene para El Salvador es un período de prosperidad», dijo Bukele el domingo tras ejercer su voto en San Salvador, ataviado en una camiseta cian -como el color de su partido-, jeans y una gorra blanca.
Al ser consultado sobre si planeaba reformar la Constitución para incluir la reelección indefinida, el mandatario dijo que no creía que «sea necesaria una reforma constitucional», pero no respondió si intentaría postularse para un tercer mandato.
Colaboración con la Argentina
El presidente salvadoreño también confirmó que colaborará con el Gobierno de La Libertad Avanza en la lucha contra la inseguridad, aunque consideró que en Argentina no serán necesarias medidas tan drásticas como las que implementó en su país.
En una conferencia de prensa antes de que finalizaran los comicios, Bukele manifestó al diario La Nación que existen contactos con el equipo de Milei para cooperar en la lucha contra el delito.
De todos modos, el mandatario salvadoreño aclaró que las medidas que debería aplicar el Gobierno argentino tendrían que ser diferentes, porque «el problema de la inseguridad de la Argentina no es tan apremiante» como el del país centroamericano.
«Ante problemas más pequeños, tal vez el medicamento puede ser más pequeño, respondió Bukele ante un nutrido auditorio de periodistas en un hotel de la capital de El Salvador.
Tras un sangriento fin de semana con 87 muertos, Bukele impuso en marzo de 2022 un estado de excepción, que militarizó el país y suspendió garantías constitucionales.
Desde entonces, la política derivó en 76.000 detenidos y redujo a mínimos históricos los asesinatos, oficialmente 2,4 por cada 100.000 habitantes en 2023, en el que antes fue el país con mayor violencia criminal del mundo.
Pero organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch denuncian arrestos arbitrarios, torturas y muertes en prisión.
Unos 7.000 inocentes fueron liberados, pero muchos siguen en la cárcel sin debido proceso ni poder comunicarse con sus familiares.
Con cada vez más poder, Bukele -de ascendencia palestina y quien se burla de sus críticos que le llaman «dictador»-, controla, además del Parlamento, la Justicia, la Fiscalía y el resto del aparato estatal.
Magistrados renovados por ese Congreso interpretaron la Constitución a su favor y, pese a estar prohibida la reelección, le permitieron postular para un segundo mandado, por lo que analistas y opositores aseguran que su candidatura es inconstitucional.
La oposición está en pedazos
Los cinco candidatos opositores apenas aparecían en las encuestas, incluidos los del izquierdista Frente Farabundo Martí (FMLN), Manuel Flores, y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Joel Sánchez.
«Con otros cinco años, tendrá suficiente tiempo para consolidar una dinámica de partido hegemónico», dijo a AFP el politólogo Álvaro Artiga, de la Universidad Centroamericana (UCA).
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