En la mañana de ayer viernes 3 de noviembre el registro del Puerto de Barranqueras indicó una altura de 5,95 metros del Paraná, es decir sobre el límite de evacuación (6,5 metros). Además se espera que entre mañana y lunes llegue a los 7 metros.
En este contexto, las familias que viven sobre el margen del río pierden sus pocas pertenencias, así como también los animales que crían para poder subsistir, entre otras.
OPINIONES DISPARES ENTRE LOS DAMNIFICADOS
Mario Fernández vive junto con su esposa y su hijo en la costa de Barranqueras, próximo a otras dos familias. Si bien sus ranchos no se vieron afectados por las crecidas del Paraná, aún no están a salvo ya que la tendencia del río continúa en crecida. Mario y sus vecinos perdieron alrededor de dos chanchos y tres lechoncitos que murieron ahogados. Según comentó a NORTE, no recibió asistencia ni fue visitado por las autoridades municipales.
«No nos gusta porque aparecen cuando quieren o cuando les conviene porque se acercan las elecciones. Nos vamos a levantar solos, como ya hicimos en otras inundaciones», declaró respecto a si espera recibir asistencia.
Otro caso es el de María Laura Delgado. La mujer es oriunda de Sáenz Peña y llegó a Barranqueras hace un mes en búsqueda de oportunidades. Armó un rancho sobre la costa, a poco más de 100 metros del Puerto, y empezó a trabajar con distintas changas para lograr sostenerse. «El agua nos llevó todo lo que teníamos», aseguró. Laura tiene tres hijos pequeños. También lamentó que no recibió ningún tipo de asistencia «nadie se acercó a preguntarnos cómo estamos».
En este momento vive en una casilla que un vecino del lugar les prestó, con el pedido de que cuide de sus animales. Laura necesita chapas para reforzar el techo y mercadería para alimentar sus hijos en tanto pase la inundación y pueda recuperarse.
DIARIO NORTE.-