Caer de un puente y vivir para contarlo: el testimonio de Luz, la nena de 12 años que se salvó de milagro

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El pasado 2 de septiembre, la adolescente cayó desde un puente ferroviario en barrio Puente Gallego, en el sur de Rosario, e impactó contra el pavimento. Pese al fuerte golpe, no sufrió heridas de consideración y solo estuvo una semana internada en el Hospital Vilela. Para los médicos y su mamá, fue «milagroso»

Luz tiene 12 años y vive en barrio Puente Gallego, en el sur de Rosario. El pasado 2 de septiembre estaba con amigos en el puente ferroviario de la zona que cruza el arroyo Saladillo y, mientras escribía su nombre en el riel, se precipitó desde gran altura. Cayó de espaldas contra el pavimento. Sus amigos fueron rápido a buscar a su mamá, Daiana, que no la dejaba ir a ese lugar. Cuando llegó su hija estaba consciente pero muy dolorida. Llamaron a una ambulancia y la trasladaron al Hospital de Niños Víctor J. Vilela.
Pese al golpe, no sufrió lesiones de consideracion y los médicos le dijeron que fue “casi milagroso” que no haya tenido ninguna contusión en el cráneo al golpear contra el pavimento. A la semana ya volvió a su casa. Ahora hace vida normal, sus compañeros de escuela la cargan pero ella se lo toma con humor y su mamá está mucho más pendiente que antes.
Este viernes, la adolescente relató en diálogo con Telenoche Rosario (El Tres) algunos detalles de aquella tarde que no terminó en tragedia de milagro. “Íbamos al arroyo con unos amigos, ellos fueron hasta la mitad del puente y yo me quedé en el costado. Estaba escribiendo mi nombre en el fierro y me caí”, dijo la nena.
Y siguió: “No recuerdo nada de cómo caí. Lo único que recuerdo es escuchar a un amigo que llamó a otro, estar parada. Después estar tirada en el suelo y en el hospital”. Desesperada por su hija, Daiana llegó al lugar y la vio “tirada y pálida” pero consciente. “Me decía que le dolía todo, me imaginé que podía tener algo grave en la columna”.
Sin embargo, pese a la espectacularidad de la caída desde gran altura al pavimento, Luz no sufrió heridas graves, estuvo internada durante una semana en el Hospital Vilela y luego le dieron el alta médica. Eso sí, su mamá ya no la deja volver al puente ferroviario que cruza el arroyo Saladillo, aunque a ella le gusta mucho estar ahí.
“Todos la estamos cuidando. Me dejó como reflexión prestarle más atención a mi hija”, se sinceró Daiana, aliviada porque el descuido de su hija quedó como una anécdota dentro de una situación que podría haber sido realmente trágica.
ROSARIO 3.-

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