“Un Ucumar me cargó al hombro, me llevaba por el monte y los perros me salvaron”

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La leyenda del Ucumar sigue vigente en Salta. Un gaucho dio testimonio sobre lo que le ocurrió. El mito es tan grande que llevó a periodistas y documentalistas a investigar los episodios narrados por lugareños. Hasta la Policía intervino.

La leyenda del Ucumar sigue causando asombro en Salta. Son múltiples los testimonios de quienes aseguran haberlo visto. Real o no, hubo decenas de operativos policiales en los últimos años para intentar develar el misterio que aún continúa.
En Metán, en el año 2001, un hombre llamado Rogelio Martínez, vecino de Metán, confesó que vio a la misteriosa criatura, con rasgos parecidos al ser humano y con los ojos rojos. En 2022, otro hombre también aseguró haberlo visto y pidió hasta ayuda para cazarlo.
Entre los habitantes del Noroeste argentino, el Ucumar tiene varias denominaciones: se lo conoce también como Ucumari, Ucumare u hombre oso, pero todas las designaciones remiten a una misma figura mitológica que, según cuenta la leyenda, rapta a mujeres y chicos.
El año pasado un equipo del canal Todo Noticias (TN) viajó a Salta para conocer el relato de los lugareños.

Nuevo testimonio sobre el Ucumar salteño
Por otro lado, un diseñador digital y un fotógrafo de Metán también vienen sumando en su canal de YouTube testimonios de vecinos y lugareños sobre las supuestas apariciones.
Bajo el título: “Un Ucumar me cargó al hombro y me llevaba para el interior del monte”, en el video aparece el testimonio de José Pérez, un hombre que hoy tiene 63 años y asegura haber sido llevado por la mítica criatura.

Este gaucho afirma que fue agarrado por la extraña criatura en mayo de 1994, publica también el diario El Tribuno.
El hecho habría ocurrido en Lumbreras hace 30 años.
José Pérez, relató lo que vivió aquel día cuando fue a cazar y tuvo el encuentro que lo marcó de por vida, porque había perdido el habla y fue internado en el hospital de Metán.
“Esto pasó en el año 1994, yo tenía unos 30 años y era peón rural, trabajaba en el tabaco. Estaba en Lumbreras porque tenía conocidos en esa zona. Estábamos de descanso y habíamos planeado salir a cazar”, dijo Pérez en una entrevista concedida a Héctor Ortíz y Carlos Luna, que fue reproducida el sábado pasado en su canal de YouTube.
“Al final salí solo porque los “changos” no fueron. Estaba solo, con dos perros. En ese momento me pilló casi la noche en el campo y por el cansancio que tenía me recosté sobre un mistol. Luego sentí que alguien me agarró y me “echó” al hombro”, contó el gaucho que vive en Salta capital y que por primera vez relató lo ocurrido para que se haga público.
“Los perros habían “atropellado” para un lado y yo creía que estaban persiguiendo un chancho o una corzuela y los estaba esperando y ahí fue cuando me pasó eso. Se hablaba de que era un ucumar, pero yo no conozco esos animales. Lo que yo les puedo decir es que me llevaba en el hombro cuando los perros lo mordieron y me revoleó como una bolsa de papa, como a unos diez metros”, aseguró Pérez, quien dijo que se fue de Lumbreras luego del suceso porque le hacían bromas y le ponían apodos.
Ahora vive tranquilo criando animales, pero dijo que jamás olvidará lo ocurrido, porque le cambió la vida: ”Me acuerdo que después llegué a la casa donde paraba y me ayudaron porque no podía hablar. Lo que vi era como un hombre grande, como de dos metros, peludo. Yo tenía un “julepe” (miedo) y de casualidad agarré el rifle que no era mío y después no me acordaba de eso porque si llegué con el arma. Todo por el susto que había tenido”, destacó.
”Después me llevaron a Metán y estuve internado varios días en el hospital. La Policía me había intentado tomar declaración, pero yo no podía hablar”, sostuvo el gaucho.
Pérez pidió que no se divulgara el lugar donde vive actualmente porque “me van a venir a buscar de todos lados”, en referencia a investigadores y la prensa.
“Estuve mucho tiempo sin poder hablar y los médicos no podían hacer nada. Después fui a un curandero y me pude recuperar de a poco por el gran susto. En Lumbreras algunos lo tomaban como broma, por eso me fui. Donde estoy ahora no sabe nadie lo que pasó”, destacó el gaucho, quien dijo que nunca más regresó al lugar ni volvió a cazar.
“Esa cosa me llevaba para el monte. Fue el destino que quiso que los perros me salvaran sino hoy no la estaría contando”, dijo el trabajador quien no accedió a ver una maqueta con tecnología 3D, que Ortiz y Luna hicieron en base a testimonios contundentes de avistajes de la criatura en el sur de Salta. “No la quiero ver, disculpe”, dijo el humilde trabajador.
Otro testimonio: el de la Policía
Los investigadores de las apariciones de la bestia también entrevistaron al policía jubilado, Lorenzo Ordoñez, que ese día estaba de guardia en el destacamento de Lumbreras.
“Recuerdo que un vecino nos fue avisar que estaba en el campo este muchacho Pérez y lo que había pasado. Fui al lugar y no podía hablar, estaba llorando y hacía señas. Para poder entender lo que quería decir pedí un papel y él escribió que un bicho o algo grande lo había cargado al hombro. Después hubo una búsqueda por la zona con la Policía de Metán, pero no encontramos nada”, destacó Ordoñez.
Testimonios como éste hay muchos en esa zona de Salta.
El mito se agigantó en los últimos años a tal punto que llegó a la pantalla grande. La película de terror “El Ucumar” se filmó entre Córdoba y Salta.
Tras los pasos de El Ucumar en Salta
Sólo en la última década, el Ucumar fue “visto” unas 33 veces y, pese a que no hay pruebas que remitan a su existencia, los relatos de los testigos lo convirtieron en un tema de estudio para científicos y hasta llevaron su historia al cine.
El Ucumar es un supuesto animal salvaje mitológico con tenues rasgos humanos, tiene manos y pies muy grandes y cuerpo cubierto de pelos, barba larga y frente angosta, que además de ser una criatura muy fuerte, también es ágil, por lo que puede treparse fácilmente a los árboles más altos, indica la página especializada de Pueblos Originarios.

El mismo sitio cuenta que la bestia vive en cuevas en el fondo de las quebradas y que suele aparecer de improviso, rapta mujeres y hasta se roba a los niños. Otro detalle es que si se le grita, el Ucumar responde con sonidos similares a la voz humana.
La última vez que “apareció”, según las personas que viven allí, fue en abril de 2022. El testigo, Ángel Pacheco, recuerda ese momento como si hubiera sucedido ayer y sale al cruce de los que dudan de su relato. “Soñar es una cosa, ver algo en realidad es otra cosa”, afirmó convencido en diálogo con TN.
El hombre, hincha fanático de Boca, había terminado de escuchar en la radio el partido del conjunto xeneize contra Always Ready por la Copa Libertadores cuando se largó a llover. Fue el 12 de abril del año pasado, cerca de las 21.30.
“Fui a cerrar el portón porque llovía y los animales estaban inquietos”, rememoró Pacheco sobre aquel momento. Y detalló: “Los perros ladraban, la yegua relinchaba y yo me acerqué a ver con la linterna”. Fue entonces cuando se encontró con la figura que le quitó el sueño por mucho tiempo.
“El Ucumar estaba agachadito y cuando lo enfoqué se paró, se dio vuelta y me miró con los ojos bien colorados”, afirmó el productor agropecuario sobre la criatura que esa noche alumbró con su linterna. También manifestó que “medía como 1,80 m, era robusto, muy peludo y con unos ojos rojos, rojos”.
“Fueron 20 minutos que lo tuve frente a frente”, apuntó. No pudo sacarle una foto porque, como llovía, no había salido con el celular de su casa, pero afirmó “que quedaron pelos del Ucumar enganchados en el alambre” perimetral de su terreno.

Qué dicen desde el Conicet sobre “el Ucumar”
Pablo Jayat, investigador independiente del Conicet, mastozoólogo, indicó que cada vez que se reporta un caso los investigadores acuden al lugar para tratar de verificar la denuncia.
“Parte del trabajo es hablar con la gente, saber qué tipo de observación han hecho, si es una observación directa o indicio”, manifestó el experto. Y después, buscan evidencias que avalen el relato.
“Se dice que es un monstruo básicamente porque es un animal grande y puede pararse en dos patas, entonces adquiere una posición similar a la humana”, describió el mastozoólogo, tras lo cual remarcó que se trata de una especie “muy rara de ver”.
LA VOZ DEL INTERIOR.-

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